Llama la atención que ahora se haga una campaña para que las chicas elijan carreras científicas. Nunca es tarde para ello, aunque la educación, al menos la formal, se debía haber puesto antes a la tarea. Desde hace tiempo numerosos estudios apuntaban a que chicos y chicas se dirigían hacia profesiones y oficios con un marcado carácter sexista o al menos muy tradicional. es decir, reproducían los roles que desde antiguo se atribuían a mujeres y hombres en la familia y los trasladaban a su oficio o profesión.
Las expectativas tienen que ver mucho con los resultados de una asignatura y a las chicas no se las motivaba lo suficiente para que tuvieran confianza en si mismas y accedieran a campos masculinizados. No se esperaba de ellas la elección de carreras científicas y la orientación que se hacía iba en dirección contraria y la elección estaba dirigida de antemano. Se habla de vocación pero previo a esta hay todo un curriculum oculto que es el que ha influido en ello.
En las universidades españolas, las chicas son mayoría en la carreras sociales o educativas y los chicos en las carreras científicas o tecnológicas. Aunque una vez concluidos los estudios y aunque sea una carrera feminizada, los puestos de autoridad y con mayor beneficio económico serán ocupados por los hombres y las mujeres irán en un mayor porcentaje al paro o tendrán un contrato más precario.
Autor: Maria Rosa Candel Tárraga
Apenas era una niña de dos o tres años cuando mi madre me incitó a ver la vida a través de unas gafas color violeta. A través de estos cristales yo he ido mirando, analizando, criticando y construyendo el mundo y las relaciones entre las personas.
Estudié una carrera que se podía cursar en Albacete -Magisterio-, pero, indudablemente, aquello supuso un golpe de suerte, ejercer la labor docente es una profesión que me ha permitido enriquecerme extraordinariamente: la relación con tantas personas, todas tan interesantes, me ha aportado grandes satisfacciones en la vida. Posteriormente me he ido formando y reciclando en las materias relacionadas con la Igualdad y la Prevención de la Violencia contra las Mujeres y a lo largo de toda mi trayectoria profesional he procurado imprimir en todas mis actividades docentes la perspectiva de género.
Soy profesora de personas adultas y he trabajado en muchos campos: La prevención de la Violencia de Género, la Igualdad entre mujer y hombres,el folklore, las danzas, las enseñanzas iniciales, los clubes de lectura… Siempre he enfocado el trabajo y la vida desde la perspectiva violeta. Formé parte del Seminario de Mujer de la Federación de Universidades Populares.
Soy Agente de Igualdad para las mujeres-por titulación y vocación. Máster en Malos Tratos y Violencia de Género: aspectos interdisciplinares con Especialidad Educativa. Formo parte de la Comisión Transversal de Género del Ayuntamiento de Albacete y he llevado y llevo a cabo todos los programas relacionados con el género que organiza la Universidad Popular de mi ciudad.
Mi labor es sencilla: apoyar a todas las mujeres del mundo.
Estoy enredada en la red de sororidad, de la que habla Marcela Lagarde, desde que mi madre me puso las gafas color violeta. Toda mi vida.
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