El Lenguaje Inclusivo

Humboldt (siglo XVIII) afirma que mas que un sistema de reglas y un vocabulario, el lenguaje es dinámico. La lengua nunca es un estado ergon sino una energeia, principio activo y generador por el que no solo nos comunicamos con nuestros congéneres sino que percibimos el mundo y lo real. Es el lenguaje el que permite que el mundo se represente (conceptualice) en el pensamiento; es decir, ni el mundo ni el pensamiento tienen una existencia previa a la intervención del lenguaje. Por tanto, el lenguaje es un mediador, un puente entre el pensamiento (naturaleza interior) y el mundo (naturaleza exterior).

El lenguaje no es una mera herramienta mediante la cual expresamos y comunicamos nuestros pensamientos. El lenguaje hace pensamiento, se piensa cuando se habla y, al mismo tiempo, representa y construye realidad (Lenguaje no sexista y barreras a su utilización. Un estudio en el ámbito universitario María Luisa Jiménez Rodrigo, Marisa Román Onsalo, Joaquín Traverso Cortes. Universidad de Sevilla). Afirma Mercedes Bengoechea de la Universidad de Alcalá de Henares que: la lengua  evoluciona porque necesita nuevas formas de decir. Son precisas nuevas formas de contar la vida y el mundo que nos rodea.

La lengua no puede entenderse como algo natural, estático e inmutable, a pesar del peso de la tradición y las instituciones. El lenguaje es una construcción social y sujeta a los cambios históricos, sociales y culturales. Por tanto, el lenguaje se transforma y puede transformarse para corregir y evitar el sexismo lingüístico. Y esto puede llevarse a cabo sin agredir las normas gramaticales, porque el sistema lingüístico del español ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en el uso del idioma (Ayala, Guerrero y Medina, 2002).

Hay obstáculos muy importantes como la utilización del masculino genérico, se oculta la presencia de las mujeres  en el lenguaje, se las excluye y se las invisibiliza, el uso que tradicionalmente se ha hecho del masculino como aglutinador de los dos sexos es un elemento fundamental para que en la actualidad se siga practicando un lenguaje discriminatorio hacia éstas. incluso en los casos en que ellas son las principales protagonistas (Un ejemplo: programa de televisión “Operación Triunfo” 2017, el presentador dice: El ganador es… solo quedaban dos mujeres finalistas). La participación de un solo hombre en cualquier actividad se considera suficiente para incluir a ese hombre y a las mujeres en un masculino que no refleja la realidad, sino que nos aleja de ella.

El académico Bosque enuncia que al desdoblar los sustantivos y adjetivos en masculino y femenino debiéramos hacerlo también con los animales; para rebatir esta cuestión quiero citar una frase de María Jesús Izquierdo, profesora de Teoría Sociológica, que afirma que “toda hembra no es mujer” a las hembras de los animales se las debía nombrar cuando fuera pertinente y necesario pero a las mujeres, que no hembras, se las debía incluir siempre en el lenguaje.

También hay quienes piensan que lo relevante es nombrar a las mujeres incluso cuando haya que incumplir una norma. Muchas voces se alzaron Para que una lengua tenga voces como “presidenta” pero para eso solo hacen falta dos cosas: que haya mujeres que presidan y que haya hablantes que quieran explícitamente expresar que las mujeres presiden. Pregúntese por qué no se han levantado voces contra el uso del femenino “sirvienta”. (Fundeu BBVA asesorada por la RAE).

Los fenómenos lingüísticos sexistas pueden y deben evitarse sin agredir las normas gramaticales. (Iniciativa Comunitaria EQUAL ES-272 «Creando Futuro en las Sierras Norte de Extremadura»). Esta corriente de lenguaje inclusivo considera que lengua española no es sexista, ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en el uso del idioma, son necesarios algunos cambios en el lenguaje para que se pueda nombrar a las mujeres, lo que va a suponer la realización de mensajes más precisos y más justos que reflejen una realidad más equitativa que la que se reflejaba hasta ahora.