LA NUEVA MASCULINIDAD
¿Un hombre nuevo, quizás?
Remando llegó al salón,
El Capitán John Smith,
Surcando profundos mares,
Venciendo mil tempestades.
Incumpliendo lo aprendido.
Apenas atraca en su Isla,
Interioriza el papel,
Luces, tramoya y sonido
Es la enésima sesión.
¡Comienza ya la función!
Pocahontas sale a escena
Princesa fuerte y activa,
Apenas cumple tres años
Pero es la protagonista,
Directora y guionista.
¡Qué lección de libertad!
Ser partenaire eligió
En el juego de la vida.
Ser padre fue su elección.
¿Un hombre nuevo, quizás?
TU NOMBRE
Quedé prendida en la suave ondulación
Ceniza brillante: tus pestañas.
En una mirada detenida yo quedé presa
Cadena perpetua del corazón
Cerrojos tatuados, indelebles.
Hoy mi corazón es un volcán
Que inundado de magma
Arrasa los bordes de mi cuerpo
Impregna mi piel, llena mis ojos
Y ahoga en mi boca el grito que pugna por salir.
Las lágrimas cristalizadas cubren
Como manto de sal.
Quizás paralicen mis nervios,
La sangre se detenga y el corazón, colapsado,
Adopte la forma de tu nombre.
«Antología Popular de Poesía de la Provincia de Albacete»
diciembre 2009
Je ne regrette rien. Edith Piaf
[…]No! nada de nada,
No! no lamento nada.
Porque mi vida,
Porque mis alegrías,
Hoy comienzan contigo… !
EL PERFUME DE TU NOMBRE
Eras aceite y esencias,
Sahumado, completamente anegado,
Impregnado mi pensamiento
Y aun cuando te habías ido
Permaneció el perfume de tu nombre.
Mas ya no siento nostalgia
Del aroma del membrillo,
No estoy en la trena, colgada
de aquellas tiernas pestañas.
Amanece la alegría, se despertó. Es de día.
Ya es la fragancia del almendro en flor,
Que se enseñorea, delicadamente,
Afianzado, en canción inacabable,
En sístole y diástole, rítmicamente, mi corazón
Por fin renació la risa
Volvió a brotar la esperanza
Mi mano extendida, la tuya cercana
Tu voz queda, suave; la mía muy clara.
Bailemos la danza. Es el Amor, nos llama.
El amor irrumpe en nuestras almas
Nos trastorna, nos eleva y nos deja caer
Sin red que nos proteja.
Pero no sufras, siempre hay otro amor
Que te ayudará a levantarte
Y a seguir respirando.
Es el mismo amor, el amor eterno,
Que cambia de rostro, de personaje,
Para colarse de nuevo en el corazón
De las almas anhelantes.
Yo lo sé todo… y no sé nada,
Quiero saber… y temo hallar la respuesta.
Pero siento que te quiero, que te amo
Y volvería a darte mi mano.