Violencia de Género en Castilla la Mancha (2011)

En España, el número de víctimas mortales por violencia de género, desde 2003 a noviembre de 2011, ha sido de 599. En Castilla la Mancha, en ese tiempo, se han producido 25 víctimas mortales, lo que representa un 4,2 % del total. Desde 2006, (según informe del Consejo General del Poder Judicial) donde esta Comunidad figuraba en el tercer lugar de España en número de víctimas, se ha venido produciendo una disminución progresiva en el número de muertes. Así en 2007, se produjeron 5; en 2008, 3; en 2009,1; en 2010,1.

Datos de 2011 Mujeres (= o < 15) Víctimas Denuncias
España 20 486 895   43,4% 54  100% 134002 100%
Canarias      913642   4,5%   3   4,9%      8049 0,88%
Castilla la Mancha      890670   4,3%   1   1,6 %      4910 0´55%

De estos datos se desprende que Castilla la Mancha que tiene una población equivalente (mujeres de 15 años o más, 890002 mujeres con esas características) a la Comunidad de Canarias, con 913642 (23640 menos) tiene menos víctimas mortales por violencia de género, un 3,3% menos.

Por el contrario, Andalucía con 16, (26,2%); Madrid con 9, (14%); y Comunidad Valenciana con 8 (13,1%) son las Comunidades Autónomas donde más muertes se han producido. Baleares, Navarra, y Castilla la Mancha son las Comunidades Autónomas (1 muerte en cada una de ellas, 1,6%) donde se han producido menos muertes. La víctima de nuestra Comunidad era de Ciudad Real. En la provincia de Albacete no se ha producido ninguna víctima. (Según informes de la Secretaría de Estado de la Igualdad, 2011).

Con respecto a las denuncias (en 2011), en España, se han interpuesto 134002 denuncias por violencia de género; lo que representa el 0,65% de la población femenina de 15 años y más. El número de denuncias interpuestas en Castilla La Mancha han sido de 4910, de esa misma población, lo que representa el 0,55 % (0,1% menos que la media española). En la provincia albaceteña ha habido 254 denuncias, el 0,4%.(0,15% más bajo que Castilla la Mancha y 0,50% menos que la media española.

De todos estos datos se desprende que Albacete es una de las ciudades de Castilla la Mancha donde menos violencia de género se produce, al menos en cuanto a estos ámbitos que se analizan.

Socialización Diferencial

Según la teoría de la socialización diferencial, las personas, en su proceso de iniciación a la vida social y cultural, y a partir de la influencia de los agentes socializadores, «adquieren identidades diferenciadas de género que conllevan estilos cognitivos, actitudinales y conductuales, códigos axiológicos y morales y normas estereotípicas de la conducta asignada a cada género” (Walker y Barton, 1983 en Bosch Fiol, als 2007, p.11).
Desde antes de nacer la familia se prepara para recibir a la criatura y lo hace, generalmente, de forma diferente según sea niño o niña: la ropa y los colores de la misma, la habitación más o menos adornada y con diferentes juguetes, las expectativas de la familia…será diferente. Ya desde el nacimiento, niños y niñas reciben trato distinto por parte de quienes integran su entorno familiar. Las interactuaciones de familiares y criaturas no son de la misma calidad, ni en la misma cantidad, por ejemplo, el hecho de llevar siempre delante en un carrito gemelar al mismo bebé, le va a permitir a éste interactuar en mayor medida con la persona adulta que lo conduce y va a estar mucho más despierto y activo que el bebé que va detrás. Poco a poco van aprendiendo e interiorizando, aprenden los comportamientos que existen entre niños y niñas y por extensión entre las mujeres y los hombres. Así pues, la socialización de género es el proceso por el cual aprendemos a pensar, sentir, valorar, comportamos y actuar como hombres o como mujeres, de acuerdo a unas normas, creencias y valores que cada cultura y cada época asigna a unas y a otros. Estas normas no son universales para todos los seres humanos, ni son para siempre porque cambian con la edad, de acuerdo al lugar donde se viva el lugar, etc.
Cada grupo social, cada sociedad transmite normas, valores y sistemas de representación desde la niñez, en forma implícita y explicita con: gestos, comportamientos, tipos de relaciones, sanciones sociales y tabúes.

La socialización de los géneros constituye un proceso de aprendizaje cultural de los papeles asignados a cada individuo según su sexo. A una edad muy temprana, las criaturas aprenden que las personas adultas se clasifican en hombres y mujeres, y son muy diferentes entre sí. A los 3 años de edad empiezan a comprender y asumir el sexo: niño o niña. Además, a partir de esta edad, observan que los sexos tienen asignados atributos y modos de comportamiento diferentes; que los hombres y las “actividades masculinas” suelen estar mejor valorados y que las mujeres y “sus actividades” ocupan una lugar de subordinación, es decir, van aprendiendo la jerarquización. Para las criaturas, no es sencillo guiarse en esta cultura de dos géneros y tampoco les es fácil formarse una idea de cuál es el comportamiento de género apropiado” (Guía Gender Loops, 2008, pag.6)
Las expectativas de la sociedad, la selección de juegos y juguetes según el género y la asignación de tareas basadas en el mismo tienden a definir ese proceso de diferenciación. La socialización de los géneros, también denominada enculturación, se relaciona íntimamente con los valores étnicos, culturales y religiosos de cada sociedad. Las pautas sociales que se transmiten en la enculturación /socialización de niños y niñas son: jerarquización social, creencias religiosas y mágicas, relaciones de poder, pautas de alimentación e higiene, normas de vestimenta, pautas sexuales y sus prácticas, formas verbales y gestuales…
http://www.youtube.com/watch?v=Ynz8MC-EpR4&feature=related

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