El 25 de noviembre se conmemora el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres” y es un tiempo necesario para la reflexión y toma de conciencia sobre la situación de las mujeres; porque nacer mujer, en muchas partes de mundo, es estar condenada directamente al infierno, afirma la filósofa Amelia Valcárcel. Nacer mujer puede significar que las maten antes de nacer, en esa macabra selección en la que no interesa que nazcan niñas, les den menos de comer, les prohíban ir a la escuela o las retiren antes de tiempo, las utilicen como niñas soldado, como arma de guerra con violaciones masivas, las violen, las ataquen con el fin de marcar su cuerpo para siempre, golpeen, asesinen, mutilen, que no tengan libertad para mostrar su propia imagen, las casen siendo niñas o contra su voluntad, estén más expuestas que los hombres a determinadas enfermedades, que sean utilizadas como esclavas sexuales, no puedan votar o conducir o simplemente salir a la calle… Quizás este contexto de violencia nos parezca muy lejano pero si consideramos que la solidaridad es la base de la convivencia es nuestra obligación contribuir en la medida de nuestras posibilidades y desde nuestro propio ámbito a su erradicación.
En el contexto europeo en el que vivimos, en este primer mundo, nacer mujer puede significar estar incluida en la lista de maltratadas por sus parejas o exparejas. Ese número no depende de lo rico o avanzado que nos parezca el país, en Finlandia, Suecia o Alemania hay todavía más violencia de género que en España.Algunos achacan este mayor número al consumo de alcohol que provoca una mayor relajación moral pero, en cualquier caso, el porcentaje de alcohólicos está en torno al 50% ¿qué pasa con los que no lo son? y si lo son solo agreden a su mujer, si el alcohol produce esa laxitud moral, la produce ante el vecino, el pariente o cualquier persona.Desde mi punto de vista esta teoría no se sostiene.
Por último, nacer mujer aquí puede significar ser una de las 400.000 mujeres que están siendo maltratadas. La directora del Observatorio de la Violencia de Género ha señalado que el número de mujeres maltratadas podría alcanzar el millón, si bien fuentes del mismo han precisado que en España un millón y medio de mujeres ha padecido alguna vez la violencia machista.
Otros tipos de violencia no son tan sangrantes como las anteriores pero si ocasionan en la sociedad una enfermedad crónica que posibilita y es caldo de cultivo de lo anterior y produce déficits, desigualdad e injusticias. A pesar de estudios y formación, en ocasiones, más brillantes que los de los hombres, tienen menos posibilidades de trabajar. Soportan las responsabilidades familiares y domésticas en mucho mayor grado que ellos. Es cierto que ellas tienen mayor esperanza de vida pero con peor calidad. En el trabajo asalariado perciben menos que los hombres. En los puestos importantes de gestión y administración no están o lo hacen en un porcentaje mínimo. Las grandes decisiones son tomadas por ellos, salvo que exista una norma o control que lo regule y aún existiendo. Por ejemplo, el número de mujeres en el Parlamento es el mismo que en la anterior legislatura pero representan un 36%.Su cuerpo es utilizado por la comunicación y la publicidad como reclamo y objeto demasiadas veces…Ya por discriminación explícita o encubierta somos las mujeres quienes las sufrimos en mayor grado.
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