Los libros se escriben con palabras, pero han de ir primera y directamente al corazón, que ha de darlos por buenos, hermosos y verdaderos. (Andrés Trapiello)
La lectura frecuente es el mejor medio que tenemos para adueñarnos del lenguaje y de sus creaciones. Es el gran instrumento, el obvio instrumento. La riqueza léxica, la argumentación, la explicación, la expresión de nuestros sentimientos, la comprensión de los ajenos, la libertad de pensamiento, se adquieren a través de la lectura. (José A. Marina y Maria de la Válgoma)
Pero los libros son como aquel jardín secreto del que hablara F. H Burnett, en su célebre novela homónima: no basta con saber que están ahí, sino que hay que encontrar la puerta que nos permite entrar en su interior. (Gustavo Martín Garzo).