Creadora Cuántica

Aquella era la primera vez que viajaba sin el compromiso de aprender, de reciclarme. Con éste pretendía romper con la rutina que me ahogaba. Se trataba de huir de esa situación. Olvidar. Olvidar. Recuerdo mi viaje en tren, mi mirada perdida en aquel paisaje. Completamente pegada al asiento como si quisiera fundirme y convertirme en algo inerte.

En aquel balneario solo se veían parejas en albornoz blanco inmaculado yendo y viniendo de una parte a otra del recinto. Los miraba con lástima de mí misma por haber llegado a este romántico lugar, esa es la idea que tenía de un balneario, donde las parejas disfrutan de su cuerpo; y haberlo hecho sola después de una ruptura dolorosa. Un momento de mi vida bastante duro, no por deseado, menos duro.

Comencé a arrepentirme de haber ido, no había nada en lo que entretenerme, distraerme y necesitaba evadirme. Saqué la conclusión de que aquel viaje solo serviría para ahondar en la herida. Pero el destino, la suerte, el Universo… me tenía reservada una gran enseñanza.

Era un hotel muy sencillo y como suele suceder en casi todos los que he pernoctado, las habitaciones individuales son las peores amuebladas y conservadas. Aquella era muy oscura, muy fea, mal pintada y con aspecto de estar muy descuidada.  Lo peor era que no invitaba a la lectura por la bombilla en el techo que apenas daba luz y sin ninguna otra lámpara. Por aquellas fechas y durante mucho tiempo de mi vida profesional estuve obligada a leer libros impuestos por los lotes colectivos que nos prestaba la Biblioteca Pública y tenía que leer un título de Muñoz Molina, no recuerdo cuál. Aunque Muñoz Molina me ha proporcionado muchos y buenos momentos de lectura en esta ocasión no se dio el caso porque ni lo comencé.

Salgo con mucha prisa de aquel poco acogedor cuarto y muy cerca vi una pequeña plaza donde había puestos de jabón, aromas y afeites de sus aguas termales. Miré distraídamente, sin interés, y en un pequeño montoncillo de cosas diversas, asomó un libro de segunda, tercera… enésima mano El Alquimista de Paulo Coelho. Sentí que había encontrado algo muy valioso a pesar de que los libros muy manoseados no me agrada tocarlos, necesito un tiempo para que se aclimaten a mi contexto. Siempre he pensado que el libro me encontró a mí y no estaba dispuesta a demorar su lectura.

 Del argumento ni me acuerdo. Pero se abrió ante mí de forma sorprendente una frase muy repetida a lo largo de esa novela?  El universo conspira a mi favor. A partir de ahí siempre he pensado que el Universo está abierto a ayudarme siempre que esté preparada para eso. Pero el mayor obstáculo es encontrar la clave para que eso se produzca, no he dado con ella hasta ahora.

Siempre estuve intrigada sobre cómo podría llevar a cabo el Universo esta tarea y leyendo a Joe Dispenza Deja de ser tú. La mente crea la realidad entiendo que nuestros comportamientos son newtonianos: […] el mundo exterior está controlando tu mundo interior (pensamientos/ sentimientos) la causa y el efecto […] Mas todos los seres humanos podemos considerarnos creadores cuánticos, tal como lo denomina Dispenza; en el sentido de que podemos crear una experiencia nueva en nuestro cerebro y dejar que el Universo cuántico nos sorprenda y llegue a producirse en la realidad.

Así que me encuentro en la labor de creadora cuántica.

Construyendo

Autor: Maria Rosa Candel Tárraga

Apenas era una niña de dos o tres años cuando mi madre me enseñó a ver la vida a través de unas gafas color violeta. A través de estos cristales yo he ido mirando, analizando, criticando y construyendo el mundo y las relaciones entre las personas. Estudié una carrera que se podía cursar en Albacete -Magisterio-, pero, indudablemente, aquello supuso un golpe de suerte, ejercer la labor docente es una profesión que me ha permitido enriquecerme extraordinariamente: la relación con tantas personas, todas tan interesantes, me ha aportado grandes satisfacciones en la vida. Posteriormente me he ido formando y reciclando en las materias relacionadas con la Igualdad y la Prevención de la Violencia contra las Mujeres y a lo largo de toda mi trayectoria profesional he procurado imprimir en todas mis actividades docentes la perspectiva de género. Soy profesora de personas adultas y he trabajado en muchos campos: La prevención de la Violencia de Género, la Igualdad entre mujer y hombres,el folklore, las danzas, las enseñanzas iniciales, los clubes de lectura… Siempre he enfocado el trabajo y la vida desde la perspectiva violeta. Formé parte del Seminario de Mujer de la Federación de Universidades Populares. Soy Agente de Igualdad para las mujeres-por titulación y vocación. Máster en Malos Tratos y Violencia de Género: aspectos interdisciplinares con Especialidad Educativa. Formo parte de la Comisión Transversal de Género del Ayuntamiento de Albacete y he llevado y llevo a cabo todos los programas relacionados con el género que organiza la Universidad Popular de mi ciudad. Mi labor es sencilla: apoyar a todas las mujeres del mundo. Estoy enredada en la red de sororidad, de la que habla Marcela Lagarde, desde que mi madre me puso las gafas color violeta. Toda mi vida.

Deja un comentario