El estudio se llevó a cabo en una muestra de 330 personas, de ellas 222 mujeres, con una media de edad de 22,87 años, estudiantes de la Universidad de Valencia.
Preguntas:
1. Las mujeres lesbianas deberían ser aceptadas con total normalidad.
2. No hay manera de cambiar el hecho de que una mujer que sale sola de noche, siempre tendrá más probabilidades que un hombre de encontrarse con problemas.
3. La idea de que Cristo hubiera podido ser una mujer debería ser perfectamente aceptable
4. Por su propia naturaleza, las mujeres siempre se preocuparán más por el ámbito de lo privado y por las personas que tienen cerca que por los asuntos políticos o ciudadanos y las abstractas cuestiones morales de justicia o injusticia.
5. Pese a que pueda parecer duro, ni ahora ni nunca debe permitirse que las parejas homosexuales adopten niños, ya que puede resultar perjudicial que ambos padres sean del mismo sexo.
6. Seguramente es natural que sean las mujeres las que se ocupen prioritariamente del hogar y los hijos, porque los niños necesitan de la madre durante los primeros años de vida.
7. Los hombres están peor dotados que las mujeres para el cuidado de los niños, los enfermos y los ancianos.
8. Es normal que, ante una operación grave, se prefiera un cirujano varón, ya que, cuando la vida está en juego, es mejor inclinarse por opciones ya probadas.
9. El papel diferente de hombres y mujeres dentro de la Iglesia obedece a razones religiosas y debe ser mantenido.
10. Las mujeres jamás podrán valorar a los hombres dulces, sumisos y hogareños.
11. Como jueces los hombres siempre serán más imparciales que las mujeres.
12. En general, si una mujer no está casada ni vive en pareja suele ser porque no ha encontrado a nadie que se enamore de ella.
13. Aunque no quieran reconocerlo, las mujeres siempre se sentirán más atraídas por los hombres fuertes y viriles.
14. El modelo femenino que propone la Iglesia, con sus valores de castidad, obediencia, maternidad y sacrificio, es sustancialmente correcto y vale la pena seguirlo.
15. Es deseable que en un matrimonio el hombre sea varios años mayor que la mujer
16. Si en una empresa se ven obligados a despedir a algunos trabajadores, es preferible que 10s afectados sean mujeres, ya que ellas no suelen tener que mantener a una familia.
17. Debería permitirse a los chicos y chicas elegir libremente su orientación sexual.
18. Es natural que los padres tiendan a conceder más libertad a los hijos varones, ya que las chicas siempre correrán peligros mayores.
19. En la pareja, antes o después habrá problemas si la mujer es varios años mayor que el hombre, ya que las mujeres suelen perder antes su atractivo sexual.
20. En las dinastías profesionales familiares, en las que hay varias generaciones de médicos, abogados, empresarios o artesanos, es preferible que sea el varón el que continúe la tradición familiar, ya que, seguramente, tiene más posibilidades de éxito.
21. Es más adecuado que el varón tome la iniciativa en las relaciones sexuales.
22. Con un índice de paro tan elevado seria preferible no insistir tanto en la incorporación de las mujeres al mundo laboral, para así evitar el riesgo de que en algunas familias entren dos sueldos y en otras familias ninguno.
23. Por su propia naturaleza, el varón necesita masturbarse más que la mujer.
24. Debería considerarse normal que una persona homosexual (hombre o mujer) fuese presidente de gobierno.
25. Es inevitable que el matrimonio implique una pérdida de independencia mayor para las mujeres que para los hombres, ya que de ellas depende el nacimiento y la crianza de los niños.
26. En general, los varones suelen tener impulsos sexuales más fuertes.
27. Las mujeres deberían poder ejercer el sacerdocio y ocupar puestos en la jerarquía eclesiástica, incluyendo el papado.
28. A la hora de la verdad, las mujeres siempre dedicaran más energía al bienestar de sus hijos y su familia que al trabajo.
29. A pesar de todo el respeto que merecen, es natural que no se permita el matrimoni0 entre homosexuales.
30. El concepto de Dios debería ser tanto masculino como femenino.
Conclusiones
El objetivo de este trabajo ha sido dar cuenta de la construcción y análisis del Cuestionario de Actitudes hacia la Igualdad de Géneros (CAIC), un instrumento cuya finalidad consiste en medir el grado de igualitarismo en las actitudes de género.
La variabilidad en las puntuaciones del CAIC es mayor para los hombres que para las mujeres, circunstancia ésta repetidamente señalada en los estudios de género (Fernández, 1998, 1991). La media, en cambio, es más elevada en el caso de las mujeres, cuyas posturas hacia la igualdad de géneros parecen más favorables que las de los varones.
En los estudios diferenciales, los resultados obtenidos en relación con la variable sexo van en la dirección de la hipótesis, mantenida también en otros estudios (Sidanius, 1993), de actitudes más proclives a la igualdad de género por parte de las mujeres que por parte de los varones.
En cuanto a la variable Cantidad de tareas domésticas que se realizan en comparación con la pareja, la predicción era de actitudes más proclives a la igualdad de género entre los hombres que realizaran la misma cantidad de tareas domésticas que su pareja, respecto a los que realizaran menos, hipótesis apoyada por los resultados, al igual que sucede en otros estudios, que postulan una fuerte relación entre la ideología de género y el reparto de tareas en el hogar (Kiger y Riley, 1966; Deutsch et al., 1993). Diferentes resultados se obtuvieron en 10s análisis realizados para la variable Cantidad de tareas domésticas que se realizan en relación con hermanos/as del sexo opuesto y edad comparable, donde se habían predicho actitudes más igualitaristas por parte de los varones que trabajan en el hogar igual que sus hermanas, en comparación con aquellos que trabajan menos, hipótesis que no ha resultada confirmada.
No parece, pues, haber razones para suponer, según estos datos, que la cantidad de tareas domésticas que realizan chicos y chicas, en comparación con hermanos/as del sexo opuesto, esté relacionada con sus actitudes hacia la igualdad de géneros, lo que hace dudar de la conveniencia de utilizar esta variable como equivalente de la anterior para los sujetos no emparejados.
En la variable costumbre de tomar la Iniciativa en cuestiones amorosas y sexuales, se observan, en consonancia con la hipótesis, actitudes más igualitarias entre las mujeres que acostumbran a tomar la iniciativa, en comparación con aquellas que no lo hacen, resultados que irían en la dirección de otros trabajos que ponen de manifiesto la relación entre actitudes tradicionales o progresistas y conducta sexual (Brody et al., 1996).
Igualmente resulta apoyada por los resultados la hipótesis mantenida respecto a la variable Relación habitual con personas homosexuales, dado que resultan más igualitaristas los sujetos que declaran relacionarse de forma habitual con homosexuales que aquellos que no lo hacen, en consonancia con las conclusiones de otros estudios como el de Haddock et al. (1996).
Resultados parecidos se obtienen en el estudio diferencial según la variable Costumbre de defender a personas discriminadas, donde se encuentran actitudes más positivas hacia la igualdad de géneros entre los sujetos que se consideran activos en la lucha contra la discriminación, lo que va en la dirección de la hipótesis mantenida.
En cuanto a la variable Colaboración con alguna ONG u organización similar, no se encuentran diferencias entre el grupo que manifiesta tener algún tipo de implicación en el voluntariado social y el que manifiesta no tenerlo. La hipótesis, pues, no resulta corroborada por los resultados. Los datos no hacen suponer que el hecho de ejercer algún tip0 de voluntariado social implique un mayor igualitarismo en relación con el género.
Por último, para la variable Orientación del voto, se habían predicho actitudes más positivas hacia la igualdad de géneros entre los votantes de partidos de izquierdas que entre los de partidos de derechas, hipótesis que es frecuente encontrar en la literatura (Sidanius, 1993) y que, también en este caso, es apoyada por los resultados.
Pese a la gran resistencia al cambio de los estereotipos, en general, y de los estereotipos de género, en particular, las aceleradas transformaciones sociales parecen estar propiciando cambios profundos. En este contexto, resultan de particular interés los estudios sobre conductas y actitudes de género, para realizar los cuales es necesario disponer de instrumentos de medida adecuados. La esperanza de contribuir a esa tarea es la que ha dado sentido a este trabajo.
¿Tenemos actitudes igualitarias ?
Intentaré dar mi humilde opinión desde mi percepción:
1 y 5) La vida sexual de las personas deberían respetarse siempre, en este caso, los homosexuales (varón o mujer) en la misma medida que los heterosexuales quieren ser respetados, ellos también deberían hacerlo. Hay alguna necesidad de llevar un cartel que diga «soy gay o lesbiana», ¿los heterosexuales lo llevan?, ¿hay necesidad de cerrar calles y celebrar el día del orgullo? los heterosexuales lo hacen? Cada uno que haga con su vida sexual lo que quiera, no tienen que imponer nada a los demás. No creo que tengan que pedir aceptación, los heteros no lo piden, lo son y ya está. Otra cosa es que quieran adoptar niños, entonces la condición sexual no es lo más importante, lo más importante es respetar los derechos de los niños, hay que pensar en ellos más que en nadie (ese es otro tema).
3) La idea de que Cristo hubiera podido ser mujer debería de ser tan aceptable como pensar que hubiera podido ser una entidad asexual. Pero ¿por qué se cree que es varón? será porque la Biblia la escribieron los varones? o ¿la escribieron las mujeres y los varones sólo se encargaron de cambiar lo que les convenía y dar a publicidad?
6) Excepto por la lactancia materna, creo que los niños durante los primeros años y aún despues necesitan más de aquella persona que les prodiga mayor protección, educación, cuidados, etc. y eso puede realizarlo tanto el padre como la madre o ambos a la vez. Si por ejemplo los niños reciben más del padre, pues necesitará de él más que de ella.
7) No creo que los varones estén peor dotados para estos cuidados, es sólo que en la generalidad de los casos, no han tenido oportunidad de ello. Tal vez en esto seamos las mujeres responsables de que así sea.
9) La Iglesia Católica (no sé tanto de otras religiones), tiene una gran deuda pendiente con las mujeres. Tiene costumbres retrógradas, desfasadas en el tiempo. Como existe el Papa, perfectamente puede existir una Papisa… ¿por qué no? ¿Alguién ha oido decir a Dios que las mujeres no lo podemos hacer?, desde el momento que nos dio la capacidad de crear vida en nuestro cuerpo, si nos dio esa capacidad, podemos con más.
15) Es deseable que en un matrimonio, ambos tengan suficiente madurez emocional, endependientemente de la edad que tengan.
16) En una empresa, antes de despedir si van a tener en cuenta quienes sustentan a la familia, deberían tener presente que muchas veces son las mujeres quienes lo sustentan y no siempre los hombres.